lunes, 8 de diciembre de 2014

Aceitunas machacadas DIY

Nos encanta la filosofía DIY, hacer cosas tú mismo en lugar de comprarla. No solo con la costura, sino también la comida. En esta casa nos gusta hacerlo todo, desde el pan, la pasta... todo! Nos encantaría tener un huerto para hacerlo de verdad de cero, pero nuestro pequeño piso en la ciudad no nos lo permite. Pero afortunadamente para eso tenemos a la tía de mi marido, la tía Cati, que nos da cositas de su huerto. Así que esta vez hemos hecho aceitunas caseras, artesanales, DIY o como quieras decirlo. Estilo machadadas, camperas, bien fuertes.




Como os digo, la tía Cati nos regaló un cubo de aceitunas que había recogido del olivo de su huerto. Creo que la variedad es arbequina. Nos dio unas instrucciones para aliñarlas, pero lo hemos hecho un poco a nuestra manera. Si no sois lo suficientemente afortunados como para tener una tía Cati, quizás podáis encontrar en el mercado de abastos, sobre todo en Andalucía en temporada.

La materia prima
El primer paso es quitarles el amargor. Lo primero que hay que hacer es romperlas de alguna manera. Se pueden partir, rajar o machacar, les puedes quitar el hueso o dejárselo. Como quieras. En nuestro caso, las machacamos. Normalmente se hace con un mazo de madera con pinchitos (de los que se usan también para la carne), pero no teníamos, así que usé el cacharro del mortero.


Me ayudaron los peques de la casa. ¡Fue muy divertido! Aceitunas volando por todas partes porque resbalaban, chorritos de líquido que salían de las aceitunas cuando las golpeabas... Acabamos empapados, la cocina asquerosa, pero nos reímos muchísimo. Si queréis quitarle los huesos, este sería el momento; una vez que las machacas el hueso sale muy fácil. Lo único que hay que tener en cuenta es que sin hueso duran un poco menos que con hueso.



Una vez están todas machacadas, las cubrimos con agua. La tía Cati nos recomendó poner encima un platito para que todas las aceitunas quedaran por debajo del agua, porque si no hay algunas que flotan



y reservar. Cada día le vamos a cambiar el agua. Al principio es normal que el agua salga algo más oscura y aceitosa. Cada día que pasa, las aceitunas pierden más y más el amargor. La tía Cati nos recomendó tenerlas en agua 3 o 4 días, pero la verdad es que seguían muy amargas, y las tuvimos como 10 días. Hasta que las probamos y ya no sabían demasiado amargas.

Ahora queda lo divertido, aliñarlas. Esto es muy libre y cada uno lo hace de una manera, así que nosotros usamos lo que había por casa



Ingredientes:
-Cabeza de ajo, dientes machacados
-Un pimiento rojo en tiras
-Vinagre
-Romero
-Orégano
-Comino
-Sal
-Aceitunas, claro!

Ya os digo que hay mil maneras de hacerlo. Yo os digo la mía. Puse en el fondo del cubo un bueeeen puñado de aceitunas, un par de ajos, tiras de pimiento, las especias y un puñado de sal.

Después puse otra capa: más aceitunas, ajo, pimiento, especias y sal. Y luego otra capa, y otra y otra hasta que se acaba todo. Después añadimos el vinagre (casi un vaso)




Y después lo llenamos hasta arriba con agua. Así, los ingredientes no se quedan solo arriba, y cuando echamos el agua toda esa sal se convierte en salmuera



De nuevo platito por encima para que no floten (con la salmuera flotan aún más) y a guardar un par de días.



y un par de días después ya podemos disfrutar de nuestras aceitunas. Son bien amargas, sobre todo las mas verdes y las menos machacadas, pero a mí me encantan así. ¡Están buenísimas!


¡Si probáis, no dejéis de contarme!

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Too wild for you?

La Pantigana es una cachonda mental... Tiene unas ideas de bombero retirado, como ella dice, ¡pero me encantan! Hace unos meses me propuso un "reto salvaje". A ciegas, sin saber de qué se trataba, ya le dije que sí. Porque para loca, yo.



¿y yo qué coso con tela de leopardo? Ay, qué poco me pega... Podía coser algo para quien fuera, para quien me apeteciera... Pero ya que era un reto, quería que fuese un reto de verdad y hacer algo para mí.



Así que hice una camiseta, combinando el animal print con un poco de felpa gris, super gustosa aunque super babosa, de manera que el leopardo quedara en el trasero, puños, cuello y bolsillo


El patrón me lo intenté totalmente. Es un rollo Dolman, con cuello barco. Perfecto para este verano en noviembre que estamos teniendo en el sur.


El bajo lo dejé tal cual, porque la felpa gris era demasiado babosa para dobladillos, y porque me gusta así. La verdad es que poniendo el animal print en la espalda no queda demasiado... DEMASIADO. Nunca pensé que algo con tela de leopardo me fuera a gustar tanto, ni que lo fuera a usar todo lo que lo estoy usando!

Como me sobraba bastante tela, decidí coserle algo a la peque. Me gustó la combinación con gris, así que repetí, aunque con una tela de punto para leggings mucho menos babosa



El patrón es de una ottobre antigua, con una pierna con un corte diagonal. Le FLI-PAN a mi niña, no os podéis hacer una idea. Se los pone prácticamente a diario, hasta que están tan sucios que no le queda más remedio que echarlos a lavar, y en cuanto están limpios empezamos otra vez



Todas las telas de ambas prendas son, por supuesto, de La Pantigana

Muchas gracias a la Pantigana por proponerme este reto, ha sido muy divertido. Os dejo con el listado de participantes. Y tú, ¿te apuntas al reto salvaje?



DÍAS SALVAJES

Lunes 17 de noviembre La Pantigana
Martes 18 de noviembre Corto Coso y me lo Pongo
Miércoles 19 de noviembre Siempre hay una mano
Jueves 20 de noviembre Érase una vez
Viernes 21 de noviembre Trapeando

Lunes 24 de noviembre Rojo ababol
Martes 25 de noviembre El arca de Glops
Miércoles 26 de noviembre Cosas de Harne
Jueves 27 de noviembre Mi rincón de mariposas
Viernes 28 de noviembre Feito de Lua

Lunes 1 de diciembre Monda Lironda
Martes 2 de diciembre Enredos de Colores
Miércoles 3 de diciembre Agulla e Fio
Jueves 4 de diciembre La Lío Parda
Viernes 5 de diciembre Cusart

Lunes 8 de diciembre Ple de Felicitat
Martes 9 de diciembre "tal vez tú"
Miércoles 10 de diciembre "o tú"
Jueves 11 de diciembre "quien sabe si tú"
Viernes 12 de diciembre "sí, tu también"

sábado, 8 de noviembre de 2014

Ya es mía!

Me complace anunciaros que aumentamos la familia... ¡por fin me he hecho con una remalladora! Remalladora, overlock, como la queráis llamar... ¡ya era hora!

Con su hermana mayor, la máquina plana

No es el mejor momento económico precisamente para comprarla, así que le he dado muchísimas vueltas, pero es una oferta que no puedo dejar escapar. El modelo es el 14SH574 de la marca SINGER.

Os cuento mi odisea. Cuando por fin decido, la misma mañana en que salía, que sí, que la iba a comprar, tenía un problema: ¡estoy justo sin coche y Lidl me queda lejísimos! Así que me fui en bus, con un carrito para llevar mercancías y pulpos, de los que uso en los mercadillos. Llegué a las 9:04, y me quedé patidifusa. Había tantísima gente que el parking estaba lleno, no cabía un alfiler. Pensé "mi gozo en un pozo, no van a quedar"

Pero por lo visto no, había mucha gente sobre todo porque justo salía una crema milagrosa con mucha fama (yo ni idea) y había una marabunta de gente alrededor de la crema dichosa que aquello parecía el apocalipsis zombie.

Atravesando la marabunta de jubilados zombies atrapa-cremas estaba el apartado de costura. Quedaban aún remalladoras (¡SÍ!). Tampoco os penséis que quedaban tantas, eran las 9:05 y no debían quedar más de 1/3 de las máquinas. Así que si os interesa, ya podéis correr.

La remalladora sale a 149€. Os aviso de que no trae hilos, así que aprovechad y comprad los de Lidl que salen muy bien de precio.

Por supuesto, ya la he probado. Nada más llegar a casa la enhebré. Venía pre-enhebrada con unos trozos de hilo blanco. Podría haber usado el truco de anudar los hilos nuevos, pero decidí enhebrarla desde cero, para aprender. Y la verdad, no me resultó nada difícil gracias a este vídeo:



y aunque tenía algo de miedo y había oído primeras experiencias con la remalladora para no dormir, la primera costura fue tal que así:


Básicamente perfecta. Tuve suerte con las tensiones, y el vídeo la verdad ayuda mogollón.

Por supuesto, pasé toda la mañana gastando retales a lo tonto, flipando con lo rapidísimo que cose, con lo fácil que es y lo bien que queda todo. Lo de la rapidez es alucinante.

Como no podía ser menos, ya la he estrenado. Ya os lo enseñaré otro día

jueves, 2 de octubre de 2014

RUMS 40: Beanieloops!

In extremis, pero llego!



¡Culo veo, culo quiero!

Me encantaron los Beanieloops que nos enseñó LaLío en esta entrada. Es una prenda multiusos que sirve como gorro, como diadema y como cuello. Miré por curiosidad la entrada del tutorial original, para ver cómo se hacía, y me quedé asombrada por lo fácil que era... ¡solo dos trozos de tela y dos costuras! Había que probarlo. Y desde luego, me ha encantado. Yo creo que he tardado en total, desde que saqué las telas del armario hasta terminar de coser no más de 15 minutos. ¡Y el resultado es muy curioso! Así que he hecho dos

Para el primero usé una tela comprada en tela física, de punto fina y muuuuuy babosa, con mucha caída, que es una pesadilla para coser y por eso la tenía muerta de asco. Genial para este proyecto. Lo he conjuntado con una tela azul-muy-oscuro-casi-negro de estrellas comprada en Taphorn Kunterbunt


Me encanta cómo queda en "modo gorro" por detrás



Y hace una caída muy chula




El segundo lo hice con una felpa gris con rayas en color neón, y puño naranja de La Pantigana



Otra tela con mucha caída y babosa, perfecta para este proyecto. No ha habido manera de que casaran las rayas, ni por casualidad, pero supongo que nadie se fijará. Mi hija le ha echado el ojo y se lo ha medio adjudicado, aunque eso habrá que verlo, que yo aún no he dicho mi última palabra.



Qué mala bloguera soy, que no pongo fotos decentes de cómo queda de cuello ni de diadema. Me quedé sin batería!

Ahora a pasarse por RUMS a ver qué maravillas me encuentro hoy

sábado, 6 de septiembre de 2014

Sello personalizado: la vuelta al cole

La vuelta al cole para unos, el comienzo del cole para otros. ¡Mis dos peques están como locos de contentos, la verdad!

He hecho este sello para el peque, que empieza el cole este año, para marcar toda su ropita y lo que haga falta :)




Aquí tenéis información sobre cómo tallar tus propios sellos, y aquí sobre cómo estampar en tela.

Y si quieres que te haga un sello personalizado o simplemente cotillear un poco, aquí tienes mi página de facebook.

domingo, 24 de agosto de 2014

Un trueque con May Artesanías

Este verano he estado acudiendo como artesana al mercadillo de Fusión Contemporánea, un ciclo cultural de música independiente, baile y demás que se celebra en Huelva, en el muelle de las Carabelas. El sitio es precioso y suele haber bastante buen ambiente


Foto tomada de Fusión Contemporánea
Una de las cosas buenas de los mercadillos es que conoces a otros artesanos, ponéis en común inquietudes, puntos de vista, ideas locas... Ahí conocí a una artesana estupenda que hace unas piezas de bisutería preciosas, y le propuse un trueque. Yo sabía que ella estaba detrás de una riñonera nueva, y le propuse hacerle una a cambio de un collar bonito. He aquí la riñonera:






y he aquí el collar. La verdad es que me dejó escoger cualquier collar de su puesto, y tuve la mala leche de coger el último que había hecho (estaba muy ilusionada con la pieza nueva), y además era su favorito... ¡Lo siento! Todo lo hace ella a mano, y la verdad es que es un curro impresionante. No sé deciros bien de qué materiales está hecho, que yo no entiendo de esto. Sé que la pieza central es de metal, y sospecho que la hoja será de ¿fimo?. Sé que lo ha hecho con tintas. No sé, lo que sé es que es muy chulo. Es graduable, así que lo puedo poner bien largo o cortito, según me apetezca.



Ahora es cuando salto con una frikada. No me lo tengáis en cuenta. El collar me recuerda muy vagamente a las hojas de Lorien. Ahora vas y lo cascas, jajaja. Os dejo una foto en el mercadillo con él puesto. Mi careto es el de "son-las-dos-y-pico-de-la-mañana-estoy-muertaaaa"




Y os dejo, por supuesto, su página de facebook para que podáis contactar con ella y ver todas las preciosidades que hace. Es una verdadera artista. Gracias por el trueque, May :)

jueves, 21 de agosto de 2014

RUMS #34 Riñonera con bolsillo de fuelle

Por fin puedo apuntarme a una RUMS!




Perdonad la cutrez de la foto, en maniquí sobre la cocina y falta el snap (morado lo he puesto), pero es lo que hay!

Una riñonera con bolsillo de fuelle de las de Para mi peque con amor. El patrón es estupendo y las instrucciones muy claras. Muchas gracias Inma.

Si lo vais a hacer os aconsejo que intentéis que el bolsillo con fuelle interior y exterior encajen bien bien bien antes de coser. Me costó bastante, la verdad. Acabé cosiendo la parte interna y externa por el borde del fuelle antes de poner el bies, en vez de ir metiendo ambas partes mientras cosía, y mucho más fácil.

Espero usarla mucho!

A ver qué han cosido el resto en RUMS

miércoles, 6 de agosto de 2014

Semana Mundial de la Lactancia Materna SMLM2014

Esta semana se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Aunque en España tradicionalmente se celebra en octubre, es en agosto cuando se mueve todo a nivel internacional. Con este post quiero sumarme al carnaval bloguero que se está celebrando con este motivo.



Además de ser la SMLM, es el tercer cumpleaños de mi hijo pequeño. Y tres años de lactancia materna. La nuestra es una historia peculiar, en teoría una lactancia "imposible". Yo sé que nunca podré tener una lactancia normal y corriente, como las demás, pero hemos hecho que funcione. ¿y hasta cuándo? Pues hasta que nos siga apeteciendo a ambos. 

En estos años me ha cambiado mucho la manera en la que veo la maternidad, la manera en que me veo a mi misma (no solo como madre, sino también como mujer), y la manera en que veo al resto de madres. Hace ya un par de años que me formo en este tema, y hago trabajos voluntarios de asesora de lactancia, tanto en mi grupo de apoyo (Huelva Lacta), como en la maternidad de mi hospital. He aprendido mucho, he ganado en humildad, en que la información no es lo más importante (sino el apoyo), que es más importante escuchar que que te escuchen, y lo diferente que puede ser una experiencia cuando tienes un poco de ayuda.
Por eso quería compartir con vosotros la historia de mi lactancia que escribí hace ya más de dos años. La tenéis publicada en la página web de la Asociación Sina:

"Resulta raro escribir una experiencia cuando todavía está pasando, y cuando aún queda mucho por pasar… Así que no os voy a contar la historia de mi lactancia, sino que os voy a contar cómo superamos las dificultades que tuvimos.
Soy una madre muy joven. Me quedé embarazada con solo 16 añitos, y tuve a mi primera hija, Marta, a los 17. Tuve mucha suerte en lo que a apoyos se refiere, no fue una situación nada “traumática” como son muchos embarazos adolescentes, yo era una chica muy madura… Pero por muy madura que fuera, era poco más que una niña. Recuerdo llorar como una magdalena cuando le di el pecho a Marta por primera vez, y ella me miró con esos grandes ojos negros... Fue la experiencia más maravillosa de mi vida. En un instante entendí muchas cosas, entendí lo que significaba el amor incondicional, lo que significaba ser madre y lo que significaba ser mujer… Pero no era más que una niña. Cuando al día siguiente le comenté al ginecólogo que tenía problemas para que se enganchara, me dio directamente las pastillas. Me dijo que tenía mucha cantidad de pecho, y que por eso le costaba engancharse, y que cuando me subiera la leche, unido al tamaño de mis mamas y al parto, iba a acabar con la espalda fatal… Además, ¡dos semanas después tenía que hacer selectividad! Y yo le hice caso y me tomé las pastillas. No quiero justificarme, sino explicar de dónde vengo.


Un año después de parir, me sometí a una operación de reducción mamaria. Era muy joven y tenía mucho pecho. Mi espalda se resentía y me lo recomendaron los médicos. Me dijeron que puede que tuviera problemas para dar el pecho en un futuro, o que quizás no tuviese ningún problema en absoluto. Honestamente, en ese momento no era algo que me preocupara.

Cuando Marta tenía seis años, nació Carlos. Esta vez era un bebé muy buscado y deseado, y aunque sigo siendo muy joven, no es lo mismo ser madre con 17 que con 23. Desde antes de quedarme embarazada, tenía muy claro que quería dar de mamar. Cada vez que pensaba en ello, recordaba los ojos negros de mi hija mientras le di por mamar de primera vez. Quería eso, lo tenía muy claro, lo que no tenía muy claro es si podría.

Fui a hablar con el cirujano que me operó (amigo de la familia) y me animó a intentarlo, me dijo que no debía tener problemas para lactar, por el tipo de operación que mi hicieron, pero que la única manera de saberlo era intentándolo… La verdad es que me animó mucho, y pensé que sí que sería capaz. Yo pensaba que el único problema que podría haber es que mis conductos estuviesen seccionados, la leche no fuese capaz de salir y me provocase una mastitis. Cuando fue pasando el tiempo y fui viendo cómo aparecía un poco de calostro en mis pezones, me llené de alegría: ¡mis conductos no estaban seccionados! Estaba claro que ese calostro había tenido que salir de algún sitio. Eso me convenció de que sí que podía. No entendía que una reducción mamaria podía afectar a otros aspectos mucho más complejos que los conductos seccionados.

Empecé a ilusionarme mucho con el tema. Leí Un regalo para toda la vida, de Carlos González; acudí religiosamente a mis clases de educación maternal donde nos hablaban de la lactancia, y gracias a mi matrona contacté con un grupo de apoyo a la lactancia en mi ciudad: Huelva Lacta. Empecé a asistir a las reuniones al final de mi embarazo, y compartí mis inseguridades y miedos, pero también me dijeron que podría dar de mamar. Con toda esta información llegué a mi parto convencida de que no tendría ningún problema, confiando en mi cuerpo, en la naturaleza humana, y en mi hijo.

Seguramente cualquier mujer que haya pasado por eso puede entender lo que sentí la primera vez que me puse a mi hijo al pecho, en el paritorio, mientras besaba sus deditos diminutos, sintiéndome la mujer más poderosa y feliz del mundo. Estaba tan segura de que podría dar el pecho, que ni siquiera tuve las inseguridades típicas de cualquier madre reciente. Me sabía toda la teoría, me había informado lo más posible, y no pensaba dejar que nadie e convenciera de que no podía dar el pecho.

Disfruté mucho de la lactancia los primeros días, a pesar de las grietas, de la subida de leche… Me daba igual. ¡Estaba dando el pecho! Y tenía toda la confianza del mundo en que todo iría bien. A la semana le pesé, y había perdido casi 200gr. peso (pero le pesé vestido y en una báscula distinta). Sabía que era una pérdida fisiológica, que era normal, y tampoco había perdido TANTO. Yo seguí dando el pecho a demanda, que era básicamente 24h al día, sin parar casi. Cuando hizo dos semanas, me acerqué a la pediatra porque tenía un ojito regular, y la pediatra (era una sustituta) decidió pesarle “para ver qué tal iba”. Bueno, pues seguía bastante por debajo del peso de nacimiento… Decidió dar una semana de márgen para ver cómo evolucionaba (ya que todos los pesos fueron tomados en básculas distintas). Me dio también unos consejos “estupendos”, como que le diera 10 minutos de cada pecho cada 3 horas (porque si no “le entraba aire”) y cosas así; realmente no entendía cómo iba a ayudar darle menos el pecho… Si quería que engordase lo lógico sería darle más a menudo, no menos. Salí de la consulta casi indignada; estaba tan convencida de que todo iba bien, que pensaba que la pediatra quería “robarme” mi lactancia. 

Pero realmente no estaba viendo (o no quería ver) los signos de alarma. Mi hijo había empezado a dormir más… De hecho dormía mucho. Había que despertarle para que comiera, mamaba dos minutos y se volvía a quedar dormido 4 o 5 horas si no le despertabas. Además, no tragaba. No tenía niños cerca que mamasen, así que realmente no sabía cómo mamaban los bebés; pero en internet (en la página web del doctor Jack Newman), pude ver vídeos de niños que mamaban bien y niños que no. Me di cuenta de que algo fallaba, que el niño no mamaba bien. Esa semana fue de locura: estaba TAN contenta con la lactancia que me daba pánico perderlo.

Así fue como empezó mi lucha. Tenía el número de teléfono de Carmen, la matrona que coordinaba el grupo de lactancia de mi ciudad. Me dio unos consejos y apoyo, y me ofreció un relactador por si hiciera falta. Comencé a investigar, porque no entendía cuál era el problema, y sin saber cuál era el problema no podía poner una solución. Investigando sobre la lactancia después de reducción de mama, descubrí que las ideas que tenía estaban equivocadas: el gran problema de las operaciones de reducción no era el corte de los conductos (de hecho muchos conductos cortados vuelven a unirse), sino que al eliminar tanto tejido, la sensibilidad del pecho cambia, y el estímulo del bebé no es suficiente. Estaba deshecha: al final era cierto que no podría dar el pecho. Se me vino el mundo encima y comencé a obsesionarme. Pesaba prácticamente a diario al niño y claro, los resultados no eran buenos. Empecé a sacarme leche (manualmente) después de cada toma, y a despertarle cada dos horas para mamar. Cada vez dormía más y era más difícil despertarle. Hablé con otra matrona de mi grupo de lactancia que me dio también mucho apoyo, me contó su experiencia personal y me consigió el relactador, porque era más que probable que fuera a necesitarlo. Agradecí mucho que me preguntara MIS impresiones y qué era lo que YO pensaba y quería hacer.

Cuando a la semana volví al pediatra, solo había cogido 40gr. y aún seguía por debajo del peso de naciminto (y ya tenía 3 semanas). La pediatra me recomendó darle “una ayudita” (odio ese término) después de cada toma de pecho.

Salí de la consulta completamente desolada, pensaba que era el final. Eran las 14h, y pensé en esperar a que abriera la farmacia para comprar la leche. Compraría leche artificial y se la daría con el relactador, después del pecho, y después de eso me sacaría leche. Ese era mi plan.El niño al poco de salir de la consulta se despertó, me lo puse al pecho y se quedó dormido al momento. Esta vez era imposible despertarlo: le hice cosquillas, le cambié el pañal y la ropa, le bañé… ¡incluso le pasé un hielo por los pies! Y nada funcionaba. ¡Me puse histérica! Cogí un biberón y le di (dormido) la poca leche que había conseguido extraerme manualmente esos días, y se lo tomó rápidamnte. Seguía con el miedo metido en el cuerpo y fui al centro de salud a hablar con mi matrona. Me puse a llorar al poco de entrar en la consulta. Me ofreció cariño y consuelo, y un sacaleches eléctrico con el que poder estimularme mejor que manualmente (que no me apañaba muy bien). Le expliqué mi plan: teta, relactador y sacaleches, y me advirtió que sería duro y que sólo yo sabría si me merecía la pena… Pero me apoyaba. También me apoyaban y me ayudaban varias asesoras de lactancia vía on-line (gracias Laura y Patricia), y me ayudaron mucho a entender qué pasaba, qué podía hacer y por qué merecía la pena.

Empecé a darle un suplemento después de cada toma de pecho; a veces con la leche que me sacaba, y cuando no llegaba, de leche artificial. Me sentía culpable por cada mililitro de sucedáneo que le daba. Había leído mil veces que cuando empiezan las “ayuditas” se acaba la lactancia, y no quería eso. La situación era la siguiente: cada dos horas o así me lo ponía al pecho, estaba casi una hora mamando (se quedaba dormido mucho), luego le daba leche con el relactador (que tardaba un buen rato) y después de eso me sacaba leche… Pero claro, para cuando terminaba de sacarme leche, ya tenía que darle el pecho otra vez. No tenía vida, no podía salir a la calle ni hacer nada. Estaba tan obsesionada con el tema que llevaba un registro de cada toma que hacía, la hora, cuánto suplemento tomaba, si era LA o LM y cuántos ml me sacaba con el sacaleches. Había días en los que me sacaba hasta 12 veces. Tomaba galactógogos, como el fenogreco o la domperidona, con el visto bueno de mi médico de cabecera, claro. Básicamente estaba relactando, pero sin relactar. Esa semana cogió 350gr. Por lo menos tenía la tranquilidad de que el niño estaba bien, y pese a todo, mi pediatra me aseguraba que el estado físico del niño era envidiable.

Estuve así varias semanas, y mi producción no aumentaba, ni con los galactógogos, ni con sacaleches ni con nada. La situación era muy frustrante, porque estaba haciendo todo lo que estaba en mis manos, y nada funcionaba. Hay mujeres que consiguen relactar completamente en el tiempo que yo llevaba intentando aumentar mi producción. Además, no entendía por qué mi hijo tardaba tanto en mamar ¡con relactador! Estaba claro que la reducción mamaria no era el único problema que había. Gracias a las IBCLCs Patricia López y Laura Villanueva, y al Dr. Briz, dieron con que mi hijo tenía frenillo, tipo III. Y además, casi en el mismo día, mi médico de cabecera me dio los resultados de unos análisis de sangre en los que se veía que tenía la TSH bastante alta (hipotiroidismo), que sabía que podía causar hipogalactia (poca leche). Los médicos me dijeron abiertamente que, en estas condiciones, sería prácticamente imposible que diera el pecho. Se me vino el mundo encima y acudí a mi grupo de apoyo. Allí saqué todo lo que llevaba dentro y lloré mucho. Ahora casi me da vergüenza reconocerlo, pero así fue. En mi entorno no tenía a nadie con quien hablar realmente de estas cosas. Mi marido me apoyaba y me ayudaba en todo lo posible, pero tampoco tenía los conocimientos necesarios sobre lactancia ni la experiencia necesaria para ayudarme. En mi grupo me escucharon y me apoyaron, y me dieron grandes consejos. Había una chica, Cinta, que también había tenido que pasar por lo mismo que yo; ella tuvo una lactancia mixta con relactador por culpa de un frenillo submucoso diagnosticado demasiado tarde. Ella me recomendó que cambiara el chip, que disfrutara de la lactancia y me sintiera orgullosa por cada día que conseguía seguir con él al pecho. Pero la verdad es que a mí me daba mucho miedo, y veía que el final estaba cerca.

Decidí que si me quedaba tan poco tiempo de lactancia, no quería perder el tiempo con sacaleches y agobios. Le haría caso a Cinta, y me tomaría las cosas con otra filosofía. Dejé el sacaleches progresivamente, los galactógogos, y lo único que hacía era darle el pecho siempre que él quisiera, y después toda la leche que quisiera en el relactador, para asegurarme de que no se quedaba con hambre. No me había rendido, no me gusta pensarlo así, pero había decidido disfrutar del proceso. Mi objetivo ya no era conseguir una lactancia materna exclusiva, sino no destetar. Y así fue pasando el tiempo, una semana y otra, un mes y otro… Tuve que “reconciliarme” con mi cuerpo, con mi lactancia, con la naturaleza… Dejé de sentir que “traicionaba” de alguna manera a mi hijo cuando le daba leche artificial. En este proceso, ambos necesitamos estar lo más cerca posible. Me ayudó muchísimo portearle, sentirle cerca y poder dar el pecho siempre que él quisiera; así como colechar, dormir abrazados y con acceso a mi pecho. Poco a poco, aunque tomara bastante leche artificial, la lactancia fue convirtiéndose en algo más natural, espontáneo y feliz de lo que nunca imaginé.


Poco antes de los 6 meses, mi hijo tomaba al menos 5 suplementos al día de 120 ml cada uno, con el relactador, y toda la teta que quisiese, por supuesto. Empezamos a introducir la alimentación complementaria. En nuestro caso, optamos por el Baby Led Weaning, que es la alimentación complementaria dirigida por el bebé, sin papillas. Básicamente se trataba de que fuese el niño el que participase en la comida de la casa, que se sentara con nosotros a la mesa y comiera con nosotros, que coma él solo con sus manos, cómo y cuanto él quisiera. Se trataba de que experimentase con la comida, que su acercamiento a ella fuese positivo, de juego, de descubrimiento, de aprendizaje. Por supuesto, introdujimos los alimentos de uno en uno, dejando margen entre ellos, y le dábamos solo cosas que fuesen adecuadas para él. Por ejemplo, le dábamos verdura en bastones cocida o al vapor, y él la cogía con sus manitas y se la comía. Lo que más me convencía de este método es que es “a demanda”, y yo me sentía mucho más tranquila así. Me parece tan importante la lactancia a demanda como la alimentación complementaria a demanda. Así que eso hice: comencé a sentar al niño con nosotros a la hora de comer, y le ponía algo de comida por delante. Antes de darle AC siempre le daba el pecho y el relactador, porque esa era y debía ser la base de su alimentación.

Descubrí con gran alegría que tenía entre manos a un comilón, y le veía disfrutar experimentando y comiendo cada cosa. Descubrí que, poco a poco, fue “regulándose” en las horas, porque empezó a pedir pecho y relactador más o menos a las mismas horas siempre. Supongo que al sentarle con nosotros en la mesa, fue estableciendo él solo unos patrones de rutina él solito. Con el tiempo, fue dejándose cada vez más leche en los relactadores… Suponía que, como iba comiendo más y más alimentación complementaria, cada vez iba necesitando menos leche artificial. Llegó un momento en el que empezó a quitar tomas. Hubo una semana entera en la que se negaba a tomar dos suplementos enteros, así que dejé de dárselos… Semana tras semana fui observando (porque me he dado cuenta de que en este proceso no he sido más que una observadora) que sus necesidades de leche artificial se habían reducido tanto que, en un momento, al poco de cumplir 8 meses, simplemente no quiso más LA. Fue un proceso tan natural, que aún me maravillo de pensarlo.

El tiempo que llevamos sin leche artificial ha sido maravilloso, y espero que la lactancia dure todo el tiempo que quiera mi hijo. Cuando echo la vista atrás, creo que no habría sido posible sin el apoyo de mucha gente, sin mi grupo de lactancia, sin mi marido y mi hija mayor, que tanto me ayudaron en el proceso. Creo que el “clan” es importantísimo para que funcione una lactancia, conocer a otras madres que den el pecho y que pueden entender qué está pasando. Por eso quiero dar un gran GRACIAS a toda la comunidad que soporta y apoya la lactancia, porque sin todos vosotros, mi lactancia y otras muchas se hubiesen ido al traste; y quiero agradecéroslo de parte del que está más feliz en todo esto: mi hijo."

 Espero que os haya gustado :)

Y os dejo con una fotillo más actual. Como siempre digo: si esto te escandaliza, háztelo mirar





jueves, 19 de junio de 2014

RUMS #25 vestido y un esguince

Bueno, pues RUMS sin excusas. Este finde tengo una boda. La semana pasada estuvimos ingresados en el hospital con el pequeño, que tuvo una operación de rutina para extirparle un bulto. La operación en teoría era ambulatoria, pero acabamos pasando 4 días ingresados. Se me echó el tiempo encima y en cuanto llegué a casa me puse a coser. El patrón es de BurdaStyle. La tela es un crepe satén color verde petróleo (¿ese color existe?) que no se aprecia bien en la foto


Y vosotras me diréis: "menuda foto cutre... ¡Quiero foto con relleno!" Pues tenéis razón. Pero resulta que la única foto que me he podido hacer con él es esta cutre foto encima del retrete y con el espejo asqueroso


En fin... ¿por qué no me he podido hacer más fotos? Pues porque resulta que me he hecho un bonito esguince en el tobillo. Ayer me caí y ahora tengo el pie vendado. Y no puedo apoyar el pie hasta dentro de una semana. Yujuuuuu. De momento no tengo ni muletas, así que aún estoy un poco torpe.

¿iré a la boda entonces? ¡pos claro! Iré en tren, con mis muletas y eso. Que no me he pegado el maratón de coser para nada!

¿y qué hacer con la venda? ¿La llevo tal cual? Estas cosas se ponen asquerosas en pocas horas. Así que se me ha ocurrido coger una media vieja, bien tupida, de las que son tan gorditas que no hacen carreras (si hace carreras podéis usar laca o pintauñas en los bordes para evitarlo) y me he apañado esto


Un poco mejor, ¿verdad? Así que ya tenéis una idea si queréis cubrir o disimular un esguince para una boda o evento.

Otra idea. Una bolsa de hielo. Meted en una bolsa ziplock (de cierre automático) tres partes de agua y una parte de alcohol. Yo le he puesto también una gota de colorante verde. El alcohol evitará que se congele. Yo lo he metido a su vez en otra bolsa para por si las moscas



Esto sí que es un RUMS original y novedoso jaja. Pasaros por la página de RUMS a ver qué chuladas hay hoy

jueves, 12 de junio de 2014

RUMS #24: cartera

El RUMS de esta semana es una cartera como esta que le hice a mi hija por su cumpleaños. La mía, increíble pero cierto, en tonos rosas.


Estoy obsesionada con esta tela, por si no se nota. La compré en la tienda online alemana taphorn kunterbunt. La tela fucsia de dentro es una tela batik comprada en una tienda física en Madrid. En principio esta cartera no iba a ser para mí, pero no he podido evitarlo... Me encanta!




jueves, 5 de junio de 2014

Trueque con La Pantigana

Hace ya un tiempo recibo un mensaje de La Pantigana diciéndome que si le hago un sello. Así, tal cual, esa era toda la información. Que fuera sorpresa. Pero bueno, ¿y yo qué sello le hago?


No es nada fácil ponerse en el pellejo de alguien para intentar hacer un sello que le guste... Así que decidí hacer uno que me gustara a mí, jeje.

Me gusta el mundo del tatuaje. No tengo ninguno, pero me gustan (en los demás jajaja). Así que decidí hacerle sellos inspirados en tatuajes. No me atrevía a mandar sólo uno por si no le gustaba, así que le hice dos.

El primero era una tortuga polinesia, de dibujos de inspiración maorí. El segundo es de tradición japonesa, es un pez koi, que según la leyenda se convierte en dragón. Simboliza el cambio, las nuevas etapas y la buena suerte.


Y como me parecía que quedaba un poco soso así, me puse a juguetear a probar a hacer un sello con una pantigana (un saltamontes) que pusiera Fet a mà (hecho a mano). Hice un par pero no me gustó mucho el resultado. Los iba a tirar, pero al final decidí mandatarios también, que a lo mejor ella es menos critica que yo, jeje.

A cambio le pedí algo para mi nena, que ya sabéis que fue su cumpleaños hace poco. El resultado me dejó anonadada, patidifusa, ojiplática.


Unos leggings de estrellas, de su color favorito, que además le quedan como un guante.

Y un super vestido vaquero chulísimo, con acentos también en turquesa, y con detalles en la tela que yo misma le había mandado!


Qué pasada, no os podéis imaginar lo mucho que le gustó. Se lo puso al momento y no se lo quitó hasta dos días después. Creo que hasta durmió con el puesto una noche... Es el regalo que más le ha gustado (con diferencia) y está super encantada. Y yo me derrito de verla tan feliz. 

Además aproveché para hacerle pedido en la Shop, que es mi tienda de referencia para tejido de punto. Y me mandó dos telas extra preciosas y suavisimas como de felpa, para que le cosa algo más a mi niña (abajo). Deberes anotados.


Muchas gracias a La Pantigana, me ha encantado hacer este trueque contigo, ha sido todo un honor que confíes en mí.

jueves, 29 de mayo de 2014

RUMS #22 Arorua MRdM

Hoy un RUMS rapidito, que ando justa de tiempo. He hecho esta Arorua nueva, versión MRdM de nuevo.


Me encanta porque esta tela es preciosa! Es una tela de algodón que compré en taphorn kunterbunt (tienda online alemana) y me encanta! La tela negra es punto comprado en tienda física.

La he dejado larguita y anchita, y el cuello y las mangas con FOE de chevron negro comprado en Hilos y Más. Por vaguería, más que nada.


¡No puede gustarme MÁS! A ver qué hacen las demás hoy en RUMS

domingo, 25 de mayo de 2014

Cumple casero y resultado de la hucha

Hoy, 25 de mayo, día del orgullo friki, es el cumpleaños de mi niña grande. Cumple 9 añazos. ¡NUEVE! Es increíble lo rápido que pasa el tiempo.

Para celebrarlo, este año no quiso hacer la típica fiesta en cualquier cafetería. Quiso invitar a algunos niños a casa, a una fiesta DIY. Hicimos muchas cosas divertidas: comimos pizzas que ellos mismos hicieron... ¡y estaban buenísimas! Después vimos una peli con palomitas, y les enseñé a hacerlas en la sartén. Después tuvimos taller de camisetas, con sellos y plastidecor (no sé por qué los plastidecor esta vez nos quedaron fatal, pero bueno, a ellos les gustaron igualmente).



Después merendamos sandwiches de animales (los aplastamos con un rodillo y los cortamos con cortapastas) y tarta, de oreos, que hizo Papá... ñaaaammmm



También fabricamos plastilina casera con una receta casera que vi en Pinterest... ¡fliparon!



Tuvo muchos regalos, libros, que le encantan, y mamá le hizo un par de cositas también. Llevaba tiempo con el mono de unas cariocas. Así que con dos calcetines desparejados, un poco de arroz (30gr cada una para ser exactos), fieltro y trapillo le hice unas cariocas de aprendizaje. Sin cintas para que no se le enreden, que al principio es un poco rollo


y una cartera, como estas de nireganbara, con vinilo regalo de Pandielleando, para llevar su dinerito




y, por supuesto abrimos la hucha



Me ha sorprendido mucho que prácticamente todas os habéis pasado, muchas os habéis pasado veinte pueblos.

En la hucha había exactamente 47,69€

y la que más se ha acercado SIN PASARSE es... (redoble de tambores)...

ALBA FERNANDEZ PLA (que dijo 46€)


¡Enhorabuena, Alba! y gracias a todas por participar, ¡ha sido muy divertido!